domingo, 30 de enero de 2011

Papelitos de Mentira

Me diste pedacitos de papel en los que había palabras sueltas que nunca llegaron a formar una frase. Eran diminutos y los esparcistes por toda la habitación, sin importante el tiempo que tardaría en reunir cada uno de ellos. Me miraste, te diste media vuelta y saliste del dormitorio sin cerrar la puerta.
Comenzaste a tocar el piano mientras yo caía al suelo de rodillas, echándome a llorar...

Cerré los ojos, me tumbé sobre la moqueta y suspiré...
Comencé a sentir esa melodía desde lo más profundo de mí hasta el punto de marcar el ritmo de los latidos de mi corazón... Iban lentamente mis manos deslizándose por la alfombra, acariciándola como si de hierba fresca se tratase. Hacía frío; la corriente que entraba por la ventana me hacía imaginar que me encontraba sola en algún lugar remoto de mi pequeño mundo. Olía a humo de cigarrillo y yo creí que era el olor de algún eucalipto que había cerca.
Me encontraba perdida y sola en mi propio paisaje, lleno de flores, altos árboles y olor a cesped mojado. Mis lagrimas hacían crecer el cuadal del río y mis miedos cubrían de negro aquel cielo.
Tus manos eran mi brújula pero ésta hacía ya tiempo que la había perdido... 

Y ahora tengo que esperar yo sola a que amanezca para ordenar todos esos papelitos con palabras que eran las piezas de nuestra unión... El problema es que en mi bosque siempre es de noche...

sábado, 29 de enero de 2011

La verdad

Verdad no es más que una palabra abstracta.
Los jueces la entienden como la medida más certera para dar una sentencia, el abogado del asesino como una pérdida del caso que llevaba, y la familia del fallecido como lo único a lo que pueden atenerse antes de dar su último adiós. Qué de significados distintos todos tan comprimidos en la misma sala...


Pero ¿cuál es tu verdad? y ¿cuál es la mía?. ¿Cuál es la verdad de una pareja de adolescentes que sentían más amor que el que su propia madurez les dejaba soportar?


Nuestra verdad, la de esa niña que camina por la calle de enfrente, la de ese hombre que pasea a su perro y la del conductor de ese viejo autobús que siempre pasa por delante de tu casa... la verdad fue la misma para todos ellos, y también para ti, que estás leyendo ahora esto, y para mí, que fui la que lo escribí.


Me dijiste adios, a todos nos dijeron alguna vez adios... Pero escucharlo de tu boca, de tus manos y de tus ojos duele más que cualquier otra cosa...


¿Sabes cuál es nuestra verdad? ¿La que más duele? Que cuando tu me mirabas por última vez, mi cerebro grababa esa imagen y mi ansia esperaba su inmediata repetición un día tras otro, que cuando tus manos soltaron las mías, mis músculos no hicieron mas que contraerse esperando a que volvieras a abrazar mi cuerpo, que cuando tú me decías adiós, mi corazón escuchaba 'hasta luego'...


Esa es la única verdad para todos, esa que nos hace llorar hasta la saciedad, esa verdad que...
Esa verdad que NUNCA será sincera..
Porque cuando tu mente dice adiós... tu corazón decía 'hasta luego' y yo, sólo pude escuchar eso último...


Duele saber que no se ha acabado y luchar porque parezca lo contrario...

viernes, 28 de enero de 2011

Te odio

Todos pronunciamos esas magníficas palabras cuando sentimos rechazo hacia otra persona.
¿Rechazo?

Se levantaba todos los días para ir a clase, desayunaba y se apresuraba para no perder el autobús. Era de esas personas que no salen de su rutina y que sin embargo, nunca se cansan de ella. No se cuestionaba lo que hacía en su día a día. Se dejaba llevar por lo que se suponía que se entiende por normal. Estudiaba y salía a veces a tomar el aire. Cuando el incansable reloj que mueve el tiempo se lo permitía solía dar largos paseos en bici o a pie mientras soñaba con alguna cosa estúpida. Solía imaginar su vida dentro de cinco años. La imaginaba con alguien a su lado, alguien al que poder dárselo todo... Eso dicen que es el amor ¿no? Nunca lo había sentido en su interior... Él no quería ni odiaba a nadie...
Le daba miedo equivocarse en las decisiones que marcan la vida de las personas, tenía ganas de viajar a sitios a los que no soliera ir la gente, tumbarse bajo alguna palmera y escribir una carta para meterla en una botella y tirarla al mar. Le apasionaban ese tipo de cosas que a nadie le gustan y se sentía orgulloso por ser diferente...

Se enamoró. Lo hizo de la noche a la mañana y por primera vez sonrió. Ella era una chica alta, de pelo rubio y ojos color océano. Su mirada era profunda y su sonrisa la más sincera del mundo. Solía llamar la atención de todas las sombras que caminan por la calle. Le dio todo cuanto pidió, le regaló los días más alegres de su vida, la cuidó hasta cuando él necesitaba que alguien hiciera lo mismo. La acompañó por el sendero de su felicidad y nunca le soltó la mano... Le decía 'te quiero' todos los días sin abrir ni un milímetro la boca... Quizás esos sean los 'te quiero' más sinceros...

La quiso tanto, con tantas fuerzas... La deseó con tantas ganas... que cuando la perdió solo pudo decirle:
 'Te odio'... 
Y lloró hasta que no le quedaron más lagrimas en su corazón para lamentarse porque ella se había marchado...

''Te odio''... No lo decimos por rechazar a otra persona...  Odiamos por desear con demasiadas fuerzas a alguien y darnos cuenta de que no está.

Te odio, quizás, por desearte tanto...

domingo, 23 de enero de 2011

Sueños

Que me digan lo que tengo que hacer, que me digan cómo tengo que comportarme o pensar ante un tema que sólo a mi me incumbe es algo que me pone de mal humor.
¿Crees que no sé lo que quiero? Entonces te dedicaré estas palabras a ti, que no me conoces tan bien como pensabas...

Te propongo una cosa... Dame la mano y baila junto a mí, no me sueltes mientras suene esta canción que tanto me gusta. ¿Tienes miedo de pisarme? Tranquilo, no bailaremos sobre este suelo, no pisaremos esta tierra, bailaremos sobre la arena de mis sueños, un lugar lo suficientemente grande como para dar cualquier traspié, un lugar lo suficientemente amplio como para que te caigas. Sólo te pediré una cosa, déjate llevar...

Caminemos hacia la derecha, abrázate a mis manos, ¿ves aquello de allí a lo lejos? Sí, esos campos de trigo bañados por la luz rosácea de un sol que se oculta tras el infinito y que dan calor a la escena. Esos son los campos que construí con siete años, mientras iba en la parte trasera del coche de mi padre en algún largo y aburrido viaje. ¿Ves a esos dos niños que corren de la mano entre las espigas? Éramos... bueno que más da?.

Bien, ahora da un paso hacia delante, yo iré hacia atrás con cuidado de no caerme. A un metro de nosotros hay un oscuro vacío lleno de estrellas. Al fondo se ve la Tierra y mil planetas que no se han inventado aún. Se me ocurrió ésto mientras mi hermano me enseñaba sus libros de astronomía en una tarde lluviosa con la luz de la mesilla encendida y con Mark Knopfler a la guitarra.

Vuelta y para la izquierda. Vas cogiendo el ritmo del paso, me siento agusto con esta parte de la canción. Llegamos a un lugar que quizás no sea de tu agrado, es un sitio aburrido pero mira allí, a donde señalo con mi dedo ¿Lo ves? Un desierto. Incontables dunas de color oro que bañan un mar lleno de palmeras y en el cielo dos escenario, el amanecer, y la cerrada noche que hiela la mente ¿Dos estados de ánimo quizás?

Ya va a acabar la canción, tranquilo lo estás haciendo muy bien, sólo tienes que mirarme a los ojos y podrás volver a la realidad. En el interior de mis pupilas empieza una película sin cortes pero no es muy larga, en ella está construyéndose una nueva realidad ilusoria, un nuevo paisaje que aún no ha salido a la luz de mis pensamientos. En él hay dos personas de ojos castaños, un cielo turquesa, casas blancas y... sonrisas, muchas sonrisas...

Se acabó la canción, ya puedes despertar de mis sueños. No me digas si te gustaron o no porque tienes que marcharte y no volver a pedirme que te los muestre. 

¿Sabes por qué? Porque tu estás en todos ellos...
Pero eso es un secreto...









sábado, 22 de enero de 2011

La última canción

Me recuerda a ti.
Todo lo que haga me recuerda a ti.
Miro al cielo cuando llueve porque me encanta observar cómo caen miles de gotas desde un lugar que no alcanzo a ver, pero no puedo hacerlo porque te veo a ti... esta lluvia cae sobre los dos ¿recuerdas?
Miro al suelo inadvertidamente y camino cabizbaja sólo unos pasos, mirándome siempre los pies, y entonces recuerdo el camino que juntos trazamos, todo lo que avanzamos por un sendero que ahora termina en barranco...
Espero a que se haga de noche, a que deje de llover, a que la oscuridad ciegue mis recuerdos, pero no puedo evitarlo. Vuelvo a mirar al cielo y veo mil estrellas, esos puntos brillantes que un día observé contigo mientras me abrazabas en algún jardín perdido de por ahí...
''No importa, sé que puedo seguir''. Me repito esto cuando de repente suena alguna melodía que bailé entre miradas contigo, siguiendo un ritmo monótono hasta que me dabas vueltas al llegar el estribillo para que no me aburriera.
Lloro. No puedo evitarlo y me culpo porque mis lágrimas saben ácidas, amargas más bien... como a un café sin leche y con gotas de limón... 
Lloro. No puedo evitarlo y me culpo porque mi corazón está explotando como si de vinagre y bicarbonato en fusión se tratase...
Lloro. No puedo evitarlo y me culpo porque mis manos están contraídas por el frío de todo mi ser, tanto que no tengo valor para marcar tu número de teléfono y susurrarte despacio lo que acabo de escribir...

Cómo me recuerda todo a ti...

miércoles, 19 de enero de 2011

En un patio de Córdoba

Caían las siete de un atardecer de primavera, ella estaba allí en aquel patio cordobés lleno de claveles blancos. Sostenía una copa de champán manchada de rojo carmín. Unos pendientes plateados suavizaban su fino rostro. Sus enormes ojos miraban brillantes e inquietos a todas partes, como si quisieran encontrar algo... o alguien...  Se había puesto ese vestido azul que tanto le gustaba a él. 
Sí, él era esa persona a la que buscaba... Le sudaban las manos, le temblaban las piernas y se mordía los labios. Estaba especialmente guapa... y nerviosa... Lo tenía justo delante y no lo veía.
Hacia una temperatura agradable, aquella melódica guitarra sonaba de fondo, el olor a azahar que desprendían los naranjos de aquel patio hipnotizaban la esencia de aquel lugar, y actuaban como droga para su ceguera...
Estaba tan nerviosa, miraba tanto a tantas partes, que no veía que lo tenía justo delante suya, apoyado en aquel pozo, con su traje de chaqueta y sosteniendo una flor entre sus dedos...
La esperaba a ella y sonreía mientras lo hacía...
Había pasado tanto tiempo, lo había extrañado tanto, lo había deseado con tantas fuerzas que ahora lo tenía delante y no lo veía...
Lo había estado esperando durante tantos días que la obsesión por encontrarlo no le permitía verlo...

No elegimos de quien enamorarnos ni tampoco de quien olvidarnos, cuando esa persona llega no se puede hacer nada, sólo estar atento a no buscarlo, sino a esperarlo...


sábado, 15 de enero de 2011

Él

Él es de esas personas que se despierta cuando llega la hora de la siesta, de los que nunca se sacia cuando tiene hambre y de los que ríe 23 de las 24 horas que tiene un día.
Es de los que quiere a su familia y que no pone la mano en el fuego por nadie. 
Él es un corazón inquieto, una mente que no deja de pensar, un alma que no tiene maldad, un soñador que lucha por encontrar su felicidad, y la de los demás...
Él es de los que no cuenta lo que siente, pero siente y mucho...
Son esas manos que te ayudan a levantarte cuando has caído, esos brazos que te rodean cuando tienes ganas de llorar, esos ojos que te miran y te dan confianza y esos oídos que te escuchan sin que tu se lo pidas...
Él es de esas personas que aún no ha encontrado su sitio, de esas personas que se preocupan más por los demás que por sí mismo, de los que no tienen detalles a menudo, pero cuando los tienen te hacen sentirte bien, mejor que nunca. 
Es de ese tipo de chicos que te acaricia, te besa la mejilla y te sonrie. De esas personas que sueñan cosas imposibles contigo, de los que te hace tu plato preferido para darte una sorpresa, de los que escriben canciones a la persona que aman y de los que te recogen donde tú estés sin tener coche para que no vayas sola. 
Es de los que sale con sus amigos y te manda un estúpido mensaje al móvil recordandote lo que te quiere...
Él es....
Él lo es todo...todo sin excepción alguna...

viernes, 14 de enero de 2011

Cierra los ojos

Últimamente duermo muy poco y sueño muchísimo, no sé si me encanta o me mata pero no quiero dejar de soñar...
Veo como ves que cada día te quiero ver más y más de cerca, sientes como siento que cada instante me resulta más difícil apartar mis ojos de los tuyos, tienes como tengo la esperanza de que esto acabe funcionando... Somos cada día más nosotros que tu o yo, somos cada instante más uno que los dos...

Somos un triángulo sin hipotenusa, una cara sin sonrisa, una melodía sin notas musicales, un sentimiento sin emoción...
Somos... ¿Imprescindibles?
Somos lo que siempre deseé que fuéramos y con lo que tengo que soñar para sentir que esta estupidez se hace realidad...

NOSOTROS...


Almenara H. y Pérez C.

Un libro en blanco

No eran más que un montón de blancas e inertes páginas vírgenes las que a mí me servían más que de sobra para ponerme a escribir, a narrar,a inventar, a contar mil historias en la que el protagonista eras tú, sólo tú.

Las tapas de aquel viejo libro eran negras y podía leerse algo en la parte superior pero ahora no recuerdo bien de qué se trataba... Nunca le presté mucha atención a eso la verdad. Desde que lo tuve en mis manos, sólo me centré en darle vida, sentimientos, ilusiones a ese objeto muerto que me regaló mi padre porque lo encontraba inservible. 
¡Y qué gran regalo me hizo! ...  Me regaló las lagrimas que derramé al leer de nuevo lo que había escrito meses atrás, me regaló la rabia que sentí en los malos momentos, las páginas que arranqué por arrepentirme de lo que acababa de relatar, los momentos de inspiración, las frases que me marcaron, las ganas de reír y de patalear, las ansias de vivir y las de morir, me regaló las ganas de escribir sobre ti, sobre mí y...

Me regaló NUESTRA historia.., esa que comencé a escribir un día con la pluma blanca que hay sobre mi mesa y el tintero que encontré en un cajón perdido de mi casa, esa historia que aunque quise seguir redactando no pude porque la tinta se volvía transparente cuando se secaba...
Y ahora, no hay nada más que arañazos de la pluma sobre el papel, no hay letras, ni risas, ni miedos... NADA...

La pluma y el tintero, sin embargo, siguen sobre mi mesa, a punto para ser utilizados y la tinta ya no se volverá transparente cuando se seque... 

jueves, 6 de enero de 2011

Aquellos años...

El viaje a veces se hacía largo. Era difícil encontrar una postura para poder dormir durante al menos media hora seguida. Solíamos bajar las ventanillas al pasar por sitios donde se hacía de noche gracias a los árboles que casi tapaban el camino. La brisa con olor a naturaleza se colaba por aquel peugeot blanco e inundaba el ambiente de impacientes sonrisas que reinaban en el viejo vehículo...
La banda sonora que se escuchaba de fondo era sin duda una cinta de Bob Marley que solíamos rebobinar dándole vueltas con un bolígrafo. No sé a dónde habrán ido a parar esas cintas...
Recuerdo que cada vez que sonaba la canción '' Could you be love?'' todos la cantábamos, aunque cada uno lo hacía en su idioma...

Eran aquellos años en los que los móviles parecían inalámbricos, en los que los ordenadores hacían un estruendoso sonido para cargar un simple documento de word, o en los que para ver una película necesariamente tenias que ir al cine o alquilarla, eran aquellos años los que hoy no puedo evitar añorar...

Esta vez no he querido perseguir el estilo Gongorino, esta vez he querido despertar en ti una sonrisa al recordar cómo eran las cosas hace tan solo diez años, y sí, creo que lo he conseguido...

domingo, 2 de enero de 2011

Estrellas

Es ese vestido negro que te pones y te sienta tan bien, sí, ese que tiene lentejuelas plateadas que brillan y despiertan emociones y que de vez en cuando dejan asomar un brillante hilillo color magia que hace que cualquiera que lo vea pida un deseo... 
Es ese vestido al que tu llamas 'Noche' el que tanto me gusta. Ese que te pones cada día a partir de las ocho excepto en los días de eclipse...
Es ese vestido que me encanta contemplar un día nublado, porque se vuelve violeta, ese que me encanta observar desde mi azotea alzando la mano muy alto para tocarlo.
Es ese precioso vestido que me pasaría horas observando a tu lado, enumerando cada una de sus lentejuelas y esperando a que salte alguno de esos hilillos para pedir un deseo, mientras tú me das la mano y el olor a chimenea cubre toda la atmósfera.
Es ese vestido tan bonito y mágico que muchos utilizan para besarse, para salir de fiesta, para reír o incluso para robar, que la mayoría utiliza para dormir y que yo empleo para soñar contigo 
Es ese vestido el que a mi me gusta tanto...