sábado, 8 de septiembre de 2012

2 + 2 = 4

Puede que conozca la solución al problema, puede que alguien haya dejado de forma descuidada la fórmula por alguna parte y yo la haya visto...

He comprendido que te idealicé incluso mucho antes de haberte conocido. ¿El por qué? No lo sé y tampoco me importa.
Tomé tu aspecto prestado, que ni siquiera es perfecto, para crearte a mi imagen y semejanza, jugué a ser Dios sin creer en él. 
Cerré los ojos y soñé que eras real hasta que comprendí que a ti te crearon en porcentajes desiguales la genética y la cultura, que nada tienes que ver con la figura que imaginé.

Comprendí que eres esa imperfección de la que no me puedo olvidar y de la que, sin embargo, nada quiero saber.

Horizonte

Era de noche, estaba sentada frente al mar acompañada por el reflejo de la Luna y un aire helado que abrasaba todo su cuerpo.Sentía sus manos hundirse en la fría arena, notaba cada grano desprenderse entre sus dedos y caer junto a los demás. Sus pies jugueteaban con el agua mientras sentía cómo la sal se filtraba por sus poros y resecaba su piel.
No había nada más que agua, arena y una triste figura sentada mirando fija al mar, soñando con lo que podría haber sido y con lo que jamás llegaría a ser. 

Cerró los ojos, junto a ella apareció una figura masculina que la rodeaba, abrazándola con fuerza y no dejándola escapar. Le apartó el pelo de su cara, y acariciándole el cuello la miró a los ojos y la besó mientras lentamente la iba desnudando. 
Sentía cada grano de arena adherirse a su cuerpo, cada ola romper contra su espalda, cada susurro fundirse con el silencio de la noche, cada sensación convertirse en fantasía... 

Abrió los ojos, estaba sola, sola frente al mar, frente a un horizonte lleno de enigmas que no se atrevía a descubrir por miedo a que le gustaran demasiado...

Sabía que no podía hacer nada por cambiar su vida mientras ella fuera la esclava de sus propias inseguridades