sábado, 8 de septiembre de 2012

Horizonte

Era de noche, estaba sentada frente al mar acompañada por el reflejo de la Luna y un aire helado que abrasaba todo su cuerpo.Sentía sus manos hundirse en la fría arena, notaba cada grano desprenderse entre sus dedos y caer junto a los demás. Sus pies jugueteaban con el agua mientras sentía cómo la sal se filtraba por sus poros y resecaba su piel.
No había nada más que agua, arena y una triste figura sentada mirando fija al mar, soñando con lo que podría haber sido y con lo que jamás llegaría a ser. 

Cerró los ojos, junto a ella apareció una figura masculina que la rodeaba, abrazándola con fuerza y no dejándola escapar. Le apartó el pelo de su cara, y acariciándole el cuello la miró a los ojos y la besó mientras lentamente la iba desnudando. 
Sentía cada grano de arena adherirse a su cuerpo, cada ola romper contra su espalda, cada susurro fundirse con el silencio de la noche, cada sensación convertirse en fantasía... 

Abrió los ojos, estaba sola, sola frente al mar, frente a un horizonte lleno de enigmas que no se atrevía a descubrir por miedo a que le gustaran demasiado...

Sabía que no podía hacer nada por cambiar su vida mientras ella fuera la esclava de sus propias inseguridades



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