domingo, 29 de mayo de 2011

Viajemos

Me gustaría conocer mundo, cruzar el océano en barco para no perderme ni un detalle de él, navegar sobre el triángulo de las Bermudas haciéndole un pulso al peligro y caminar por el desierto mientras una tormenta de arena me impida avanzar. Corretear sobre arenas movedizas de algún sitio de Brasil y hacer fotografías en Iraq mientras mil bombas caigan cerca. Me gustaría nadar entre delfines australianos y surfear algunas de sus temibles olas, tumbarme a mirar las estrellas en la fría noche de cualquier oasis y recorrer los Estados Unidos en caravana.
No me importaría pasar parte de mi vida en Tanzania, junto al mar, pescando o haciendo cualquier otra cosa... Subir al punto más alto de alguna montaña e imaginar que puedo ver toda la tierra, o sumergirme en lo más profundo del mar para creerme insignificante.

Me gustaría ir al espacio y dejarme llevar sintiendo que puedo volar. Bailar en el aire y mirar la tierra desde arriba y luego al Sol desde abajo...

Quisiera correr riesgos, creerme grande y luego pequeña, disfrutar de cosas con las que muchos soñamos y despertar y ver que todo era mentira... Pero que quizás algún día pueda lograrlo...

¿Te vienes conmigo?

lunes, 23 de mayo de 2011

Monetización

Es curioso ver cómo cada  una de las relaciones sentimentales que nos rodean se comportan todas de la misma manera. Aún a pesar de que los miembros que la compongan sean diferentes, tenga virtudes y defectos distintos y se diviertan de desigual forma todos acabamos cayendo en el error de monetizar la relación que tratamos de llevar adelante. 
¿A qué me refiero con ésto?
Es sencillo, cuando vas a una tienda y pagas por un determinado bien esperas que inmediatamente ese bien te sea entregado en mano. Esto quiere decir que existirá una reciprocidad inmediata entre comprador y vendedor (yo pago, tú me das). 
Imaginemos otro caso: acabamos de conocer a los compañeros de clase y deciden salir a tomarse algo pero te das cuenta de que no llevas dinero encima y uno de ellos decide invitarte. Al hacerlo, tú se lo agradeces e inevitablemente te sientes con la necesidad de devolverle ese favor por lo que en cuanto tienes oportunidad lo invitas tú a el. 
Si este mismo suceso tiene lugar entre dos amigos de la infancia, probablemente tardarás mucho más en devolverle el favor y en ocasiones, ni siquiera lo harás. Por lo que cuanto más cercana es la relación entre dos personas, ya sean pareja, amigos o incluso hermanos, la reciprocidad será mas abierta, más tardía.
El problema es que actualmente y quizás por culpa del contexto que nos rodea cada vez nos estamos acostumbrando más a dar y recibir de manera casi inmediata, como hacemos en las tiendas. Por ello cuando decimos 'Te quiero' deseamos escuchar lo mismo y si ésto no sucede empezamos a pensar que algo está pasando. 
No todos tenemos días buenos por lo que es importante saber esperar a que todo lo que tu haces algún día tenga respuesta. Sin embargo a veces crees dar mucho y no recibes en la misma medida y es cuando se produce la crisis de pareja traducida en los hombres por un inexplicable pasotismo y en las mujeres por un desesperado grito de ayuda a cualquier amiga que te coja el teléfono. 
Todos distintos y a la vez tan parecidos.... 

Es curioso porque casualmente cuando llega un día importante como un aniversario o cumpleaños toda esa reciprocidad que anhelas te es devuelta de golpe y porrazo cuando lo que verdaderamente tiene mérito es que me devuelvas todo esto cada uno de los días que pasan en pequeñas dosis de felicidad...

domingo, 15 de mayo de 2011

Personajes de Cine

Es curioso como los directores de muchas películas hacen que unos personajes nos encanten y a otros le desearíamos la ficticia muerte. 
Me encanta sentirme identificada con cada frase, anuncio, film o libro que puedo detenerme a contemplar y creo que eso es, realmente, practicar el séptimo arte. Que cuando observes una batalla como la de '300' puedas agobiarte hasta el punto de chillarle a la pantalla, que cuando veas 'PD: Te quiero' no dejes ni un segundo de llorar o que cuando leas a Ruíz Zafón describiendo el coito en 'La sombra del viento' se te ponga la piel de gallina.
Esto es, sin duda, lo que trato de hacer con mis entradas. Inspirándome en mis sentimientos o incluso en los de otras personas, cuando pasan los meses y vuelvo a leer lo que escribía curiosamente experimento las mismas emociones que al redactarlo.
No sé sinceramente si esto le pasa a todo el mundo... Yo personalmente me conformo con que personas como vosotros podáis veros reflejadas entre estas líneas...

Espero haberlo conseguido

martes, 10 de mayo de 2011

Feliz Cumpleaños

Cuando alguien cumple años si no es una red social la que se encarga de decirlo es el propio revuelo creado por las personas cercanas el que te lo informa. A no ser, claro, que se trate de alguien muy especial y en ese caso eres tú el que mira el calendario y cuenta los días que faltan para que llegue su cumpleaños. Te agobias porque no sabes qué regalarle y crees que todo lo que puedas hacer será poco. Al que no le ocurra ésto con al menos una persona, probablemente no tenga sangre en las venas o provenga de un país nórdico en los que la unión familiar tomaría un segundo plano.

Lejos de ésto, las costumbres andaluzas marcan determinados tipos de cumpleaños. Está el fiestero, en el que todos los amigos se reúnen, beben y luego aguantan una enorme resaca. Está el romántico, en el que ella le hace una cena a él o viceversa y luego... lo dejo a la imaginación del lector. También está el improvisado, '¿Qué es tu cumple? Pues vamos a tomarnos unas cervezas hombre!' y, por supuesto, está el familiar, que para mi gusto es el que se acaba recordando toda la vida. 

En cualquier caso siempre sucede lo mismo: Dos besos y muchas felicidades si te tienen enfrente y 'Felicidades! que te lo pases genial' si es vía internet, aunque tambíén existe el 'felicidades' por teléfono, pero éste último tendemos a suprimirlo en nuestras vidas porque cuesta dinero, sin más rodeos.

Tú, que has podido verte reflejado en cada entrada de mi blog, que has podido desvelar mis sentimientos leyendo cada letra que tecleaba, y que me has conocido mejor gracias a ello, hoy celebras tu cumpleaños. Tú que has podido hacer fiestas, hacer cenas románticas y tartas en familia, cumples hoy la segunda decena. Sí, sí, esas que dibujábamos con bolitas en primaria para que no se nos olvidara sumarlas o restarlas. 

Hoy voy a escribirte mi carta de felicitación por aquí para que siempre se quede guardada, para que puedas leerla cada vez que quieras sin tener que rebuscar entre los cajones o tener que desbaratar todos los comentarios de Tuenti para encontrarla. Y no voy a decirte lo que te quiero, lo que te añoro o lo que te odio. ¡Qué va! Porque tú eso ya lo sabes y sinceramente, iré a hacerlo en persona.

Ábreme la puerta de tu casa, porque estaré esperándote con un bizcocho de chocolate y una vela roja, de tu color favorito. Y serán estos pequeños detalles los que con el paso de los años recordarás sin evitar sonreír. No espero que te lo pases bien, lo harás porque yo me encargaré de que así sea.

Felicidades Enrique

domingo, 8 de mayo de 2011

Arde París

Saliste temprano y te pusiste a caminar sin saber muy bien por qué. Te apetecía que el sol te achinara los ojos y que los pájaros marcaran la banda sonora de tu soledad, de esos dulces pasos acompañados de tu sombra. Sentías la frescura del amanecer y el olor a café que salía de las casas por las que pasabas y entretanto solo se escuchaba el sonido de tus zapatos sobre el asfalto y los de nadie más. 
Tenías unos peniques en la mano y los apretabas con fuerza como si quisieras que desapareciesen.

A lo lejos había un pozo, aquel al que solías ir cuando eras pequeña acompañada de tu madre. Te acercaste sin dudar un solo segundo y te asomaste, poniéndote de puntillas para alcanzar a ver lo más profundo de aquellas aguas, aguas que desprendían llamas de fuego en forma de vapor y que te abrasaban la cara al acercarte demasiado. Pozo asesino que tantas vidas se había cobrado, que a tanta gente había abrasado y que tú, sin embargo, deseabas con locura. 

Alzaste primero un pie, luego el otro, miraste hacia arriba para comprobar que aun era de día y te dejaste caer como una pluma sobre aquel agua que quemaba, que abrasaba, que mataba... Y no te quemaste... nadaste allí y reíste como nunca lo habías hecho porque él estaba contigo, dándote la mano y no dejándote escapar de aquel infierno al que muchos llaman amor...

Es arriesgado, duro e intenso pero nadie dice que no sea bonito...