sábado, 18 de junio de 2011

Aujourd'hui

Él quería volverla a ver, ella no.
La duda de si saldría bien, el miedo a equivocarse otra vez le paralizaba todo el cuerpo y no le permitía pensar con claridad.
Creyó que vivir el momento sin estar arraigada a nada ni nadie la haría más feliz de lo que ya era. Pensó que salir y recogerse a altas horas de la madrugada era incomparablemente mejor que pasar un rato a su lado viendo una película mientras se daban la mano...
Se sentía guapa y bien consigo misma y creía no necesitar nada más porque lo tenía todo... Todo sin excepción alguna...
Se excusaba creyendo que una segunda vez no serviría de nada y obviaba la posibilidad de empezar una nueva relación con la misma persona en la que ambos conocerían aventajados los defectos y virtudes del otro...

Y sonrió y disfrutó hasta que él dejó de estar cerca suya y entonces comprendió que la felicidad no viene dada en salidas nocturnas o en la evasión de las discusiones con tu pareja sino en saber que has tenido el mérito de soportar malos tragos y aún así lo sigues queriendo como el primer día...

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