domingo, 27 de marzo de 2011

Un lienzo en blanco

Hacía un especial calor con olor a Primavera que le hizo abrir los ojos y despertar de un sueño del que ya no se acordaba. Desnuda, cogió con decisión la sábana y se la lió por todo el cuerpo como si de un vestido largo se tratara... 
Esa mañana no tomó café, ni té... se echó agua por la cara, puso música en el tocadiscos y salió al césped recién regado con los pies descalzos, pisándolo con fuerza para sentir la humedad entre sus dedos. 
Inspiró profundamente y se dejó caer sobre un montón de hojas rosáceas. Se quedó un buen rato mirando las nubes, tratando de descifrar miles de dibujos que el ciclo del agua había conseguido hacer... Bailarinas, perros, barcos y hasta la cara de personas desconocidas...
Se le ocurrió pintar su rostro. Sí, el de él. No necesitaría que posara ni tampoco una foto suya... Tan solo le bastaba con concentrarse en recordarlo.
Se sentó en un banco de madera algo inestable, cogió su estuche de pintura, y con carboncillo en mano comenzó a dibujar su cara sobre aquel lienzo que había estado tantos meses en blanco.
Cerró los ojos para no dejar pasar ni un solo detalle de su sonrisa, de su mirada, de la suave piel de sus mejillas que tanto le gustaba acariciar... 
Pasaban las horas, pero ella seguía dibujando. Se le olvidó almorzar y merendar. No quería dejar de pintar. Lo sentía cerca si analizaba cada milímetro de su cara y lo plasmaba en aquel lienzo, lo sentía lejos si dejaba de hacerlo...
Comenzó a llover y dejó que el agua se llevara todo lo que había logrado. Se llenó entera de carboncillo, se mojó el pelo de lluvia primaveral y la cara de lágrimas amargas que le arrebatan toda la armonía que había sentido...

Él ya no estaba... Y nunca volvería...



Todos tenemos un lienzo en nuestra mente, un lienzo en blanco que un día comenzamos a dibujar con el recuerdo que tenemos de alguien. No tiene que ser una persona que ya no esté en nuestras vidas, ni alguien al que no vemos desde hacía tiempo. Simplemente es esa persona que te marca, que te oxigena, de la que haces un retrato en tu cabeza a TU imagen y semejanza que no dejas de pintar durante mucho tiempo, un retrato con el que te sientes a gusto... y que de repente un día, se borra con unas insignificantes gotas de lluvia que no son más que la verdad de quien es ese ser...


...No permitas que el retrato que pinto de ti, se pueda borrar...

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